Su origen proviene del roscón de reyes, un dulce típico de la época de las Navidades. Este dulce siempre contiene un regalo escondido en su interior que suele ser una pequeña figurita pero, en algunos roscones, también hay escondida un haba.
Al que encontraba el regalo se le coronaba con la corona de papel que va incluida en el roscón y al que le tocaba el haba se le hacía pagar el roscón. Por eso, el tonto del haba se decía al que la encontraba y le tocaba pagar el roscón.
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