Se le dice a alguien que se vaya a llorar a Jerusalén cuando no se quiere aguantar sus penas y quejas.
Esto se dice porque en la ciudad de Jerusalén está el famoso Muro de las lamentaciones.
Este muro son los restos que quedaron de la destrucción del Segundo Templo (516 a.C.-70 d.C).
El pueblo judío adquirió el hábito de lamentarse ante la destrucción de este espacio sagrado y, desde entonces, es utilizado como lugar de peregrinación para descargar las lamentaciones que uno porta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario