Que viene el hombre del saco es una amenaza que se le dice a los niños para que obedezcan lo que se les pide.
Hay muchas leyendas acerca del origen de esta figura, pero con nombrar la más conocida de ellas se entiende cómo son las demás, pues la idea es la misma.
En 1910 en un pueblo de Almería, Francisco Leona tenía una barbería en Gádor, otro pueblo de la provincia.
Francisco Ortega sufría tuberculosis y, desesperado, acudió a ver a Leona, quién también era curandero.
Éste le habló de un tratamiento milagroso consistente en beber la sangre caliente de un niño y untarse sus mantecas sobre el pecho.
Ortega creyó en tal procedimiento y pagó 3000 reales para que se realizara.
Aquí es donde entra una segunda persona, Julio Hernández, el Tonto, él iba a ser realmente el hombre del saco. Era un chico joven que tenía costumbre de cazar pájaros y arrancarles la cabeza de un bocado.
Y llegó el día fatal, el 28 de junio de 1910. El Tonto secuestró al joven Bernardo Parra. Ambos, Leona y Hernández, realizaron el ritual y se lo aplicaron a Ortega, a quien no le sirvió el tratamiento.
Después de esto se desconoce qué pasó, aunque se cree que el Tonto acudió a la Guardia Civil a denunciar a Leona por no darle las 50 pesetas acordadas por ayudarle.
¡Qué turbio!
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