Esta expresión procede de la mitología romana. En ella existe la diosa Ocasión, quién era representada muy bella, desnuda, de puntillas sobre una rueda y con alas, para indicar que las ocasiones buenas pasan muy rápidamente.
Además por delante tenía un abundante cabello pero, por detrás, tenía la cabeza calva. Así se representaba que las ocasiones pasadas no pueden asirse por los pelos, pero si lo intentas según te vienen de frente te será más sencillo.
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