miércoles, 6 de septiembre de 2023

Origen de Costar un ojo de la cara.


Se dice que algo cuesta un ojo de la cara, cuando es excesivamente caro.

En el siglo XVI, al expedicionario manchego Diego de Almagro, se le ordenó tomar una serie de territorios. Con estas órdenes en mente tomó una fortaleza inca, perdiendo un ojo de un flechazo consiguiéndolo.

Su acto fue muy reconocido por ese gran arrojo y entrega que demostró. Para su desgracia, el hecho de que algo cueste un ojo, terminó refiriéndose a algo que sale caro, no a una gesto de valentía. 

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