viernes, 26 de julio de 2024

Origen de No hay quinto malo.


Se utiliza la expresión no hay quinto malo cuando en una situación compleja puede resolverse bien al final.

Esta expresión proviene del mundo de la tauromaquia y tiene dos posibles orígenes. 

Según el primero de ellos, antiguamente, para favorecer el espectáculo, los ganaderos elegían para torear, aquel toro que fuera de buena familia, es decir, aquel cuyos padres fueran considerados bravos. Esto se hacía así, para que el espectador no cayera en el tedio con varios toros seguidos que, quizá, no dieran mucho de sí.

El segundo, por su parte, dice que antiguamente se toreaban ocho toros en lugar de los seis de hoy en día. Como torear ocho era algo que llevaba mucho tiempo, la gente acostumbraba a merendar cuando llevaban toreados la mitad, es decir, cuatro. De manera que, para cuando estaban animados tras comer, el público se volcaba en alentar al torero, y por eso no había quinto malo.


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