Se dice de alguien que se cree que es la reina de Saba cuando es una persona muy rica.
Para conocer el origen de esta expresión, hemos de recurrir a la Biblia, en ella se cuenta el encuentro del rey sabio Salomón y la reina de Saba. A este encuentro ella agasajó al rey con gran cantidad de ofrendas: oro, marfil e incienso, los conocidos como los grandes tesoros de África.
La reina asistió a ver al monarca para cuestionarle acerca de diversos temas. Para todas sus preguntas, respondió con buen tino y sapiencia.
Presumiblemente, el nombre de esta reina era Makeda, y gobernó sobre una civilización rica y próspera que se extendía desde el sur de Arabia hasta el cuerno de África.
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