Se dice que las paredes escuchan cuando se está hablando algo comprometido que no quiere que sea escuchado por alguien que no debe.
En la Francia del siglo XVI había una gran pugna religiosa entre católicos y protestantes. Por entonces, Catalina de Medicis se hace instalar un sistema de tubos acústicos que conectaba las distintas estancias de sus palacios con el de su dormitorio personal.
De esta manera que para saber qué es lo que se hablaba en cada habitación, simplemente debía destapar el tubo y escuchar lo que se conversaba allí.
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