Se dice que alguien es un cantamañanas cuando es una persona que no denota confianza, un chapucero e irresponsable.
Parece ser que durante el Siglo de Oro cuando se le pedía algo a alguien y éste no estaba muy dispuesto a realizarlo, respondía "mañana harélo" o, simplemente, "mañana". Esto sucedía tanto, que llegó al punto de que el primero, conocedor de que el otro no iba a hacer lo solicitado, respondía con un lacónico "ya cantó mañana", echándole en cara al otro que era conocedor de que no se iba a hacer hoy lo solicitado y, muy probablemente, ni mañana ni nunca.
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