Se dice a alguien que se le va a caer el pelo a modo de amenaza por el tremendo castigo que va a sufrir.
Antiguamente se rapaba el pelo a la gente que era castigada o bien por la Inquisición o bien por alguna causa militar. Además, cuando una persona está en una situación límite, tiende a perder el pelo debido al estrés causado. Por estas dos causas es que se originó esta expresión.
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