Se dice de perdidos al río cuando se adopta una resolución desesperada que no se sabe a ciencia cierta si el resultado será favorable.
Esta expresión proviene del mundo militar y, para entenderla, debemos ponernos en situación. Antiguamente era muy habitual que la gente no supera nadar, de manera que, cuando un ejército se sentía rodeado entre el enemigo y un río, muchos preferían morir luchando, pues arrojarse al río sin saber nada y con una armadura pesada, hacía más que probable que uno muriera ahogado. Pero, aún y así, había gente que prefería arriesgarse y arrojarse al agua por si tenían la fortuna de salvarse.
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