El cabreo es cuando alguien está muy molesto.
Aunque todos nos creemos muy listos por asociar la palabra con una cabra, nos equivocamos, su origen es más enrevesado.
En la Edad Media se llamaba cabreo o cabrevación a la acción de censar los terrenos o fincas sujetos al pago de cargas reales o nobles que se habían dejado sin cobrar por un descuido o negligencia, pero que no habían prescrito. Es decir, era aquel dinero que no se cobró en su día por el arrendamiento de unas tierras por parte del noble o el rey.
Parece que esta medida fue derogada por José Bonaparte, pero cuando volvió al trono Fernando VII, volvió a poner en uso esta antigua ley. De esta manera, los nobles reclamaron estos pagos provocando el enojo en el pueblo y asociándose el término cabreo a un gran enfado.
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