Hace cuatro siglos, en Estambul, el centro social y económico de esta urbe se concentró en el barrio de Péra, en la orilla norte del Cuerno de Oro. Conocido hoy como Beyoglu, este lugar era un auténtico mercado de lujo que suministraba a todo el mundo sedas, especias, jabones, perfumes, maderas nobles y otros productos exóticos. De los artículos procedentes de este barrio, pronto se empezó a decir que "eran la pera".
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