Se dice que a alguien se le cae el mundo encima, cuando sufre un gran descalabro o desgracia.
Esto proviene del hecho de que en muchas mitologías antiguas se creía que cuando había una gran tormenta con numerosos truenos, el cielo se les iba a caer encima.
Esta idea es común a diversas mitologías, tanto es así que los druidas celtas ofrecían sacrificios humanos para aplacar la ira de Taranis, el dios celta del trueno. Por poner otro ejemplo, los sajones veneraban el Irminsul, que era el árbol que sostenía el cielo.