miércoles, 5 de febrero de 2025

Origen de Fíate de la virgen y no corras.


Se utiliza la expresión fíate de la virgen y no corras, cuando se trata de decir a alguien que no se fíe de nadie.

Para dicha expresión se contemplan dos posibles orígenes.

El primero de ellos dice que a principios del siglo XIX, un torero siempre que iba a salir a la plaza, invocaba la protección de la virgen para, una vez dentro de la plaza, realizar todo tipo de temeridades pues se sentía protegido. Hubo un día en que finalmente sufrió una cogida y, mientras huía del morlaco, un espectador le gritó: "Anda, fíate ahora de la Virgen y no corras".

El segundo origen me parece más aburrido, y dice que en 1835, en plena guerra carlista, el pretendiente al trono Carlos María Isidro, nombró a la Virgen de los Dolores generalísima de sus ejércitos. Días después, los carlistas fueron derrotados en la batalla de Mendigorría, huyendo del campo de batalla. De aquí los isabelinos crearon y difundieron entonces el dicho que nos ocupa.

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