lunes, 4 de noviembre de 2024

Origen de Atar los perros con longaniza.


Se dice de atar los perros con longaniza cuando se quiere responder irónicamente a una persona que trata de ponderar lo bien que se vive en un sitio (tanto que los perros son atados con longanizas) o ponderar al exremos los beneficios de una acción.

En el siglo XVIII vivió en Candelario (Salamanca) don Constantino Rico, más conocido como el tío Rico, el choricero. Era famoso por ser el proveedor real de fiambre y hasta llegó a ser inmortalizado por Goya.


En la fábrica trabajaban varias personas del mismo pueblo y parece que, un día, un perro no dejaba de molestar a los trabajadores. La situación fue tan insoportable que una empleada decidió atar al can y como no encontraba con qué hacerlo, terminó atándolo con una ristra de longanizas a la pata de una silla.

Esta pequeña anécdota pronto se difundió y la gente que lo escuchó lo interpretó como un gesto de opulencia de lo bien que se vivía en la casa de don Constantino.

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