Se dice de dar el brazo a torcer cuando se cede en una discusión.
Esta expresión tiene su origen en los famosos pulsos.
En este juego, cuando la situación está igualada y nadie cede, como en una discusión, si alguien se rinde o se cansa de seguir así mucho tiempo, tuerce el brazo para darse por perdido. De ahí el origen de la expresión.
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